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Los 10 puntos del espíritu Kaizen

Bases de la filosofía Lean Manufacturing

Aprende los fundamentos que te ayudarán a entender mejor la mejora continua

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1. Abandonar las ideas fijas, plantearse el estado actual de las cosas. 

Quizá el punto más difícil de asumir, con la típica frase de fondo “como esto siempre se ha hecho así…”. Perfecto, y se ha hecho muy bien, pero la vida cambia, la tecnología cambia, los procesos, todo cambia, y nosotros también cambiamos, es por eso que hay que pararse a pensar un momento y no dar nada por sentado. Porque lo que hoy se hace una manera, mañana puede que se haga de otra forma, y no significa que estuviera mal hecho de la primera forma, sino que las cosas cambian y es necesario tener la mente abierta para recibir esos cambios.


2. En lugar de explicar lo que no se puede hacer, reflexionar cómo hacerlo. 

Esta idea viene un poco seguida de la anterior, fuera la negatividad, adelante las nuevas ideas y las ganas de mejorar. Porque un problema no tuviera solución ayer no quiere decir que no la tenga. A veces ni siquiera nos hemos parado a pensar la forma de solucionarlo y hemos asumido el fracaso en el segundo uno.
Es por eso que hay que buscar soluciones, actuar, pensar, en grupo y llegar a una conclusión, en vez de gastar energías en explicar por qué no se puede hacer algo, sentémonos un minuto y busquemos una forma de cambiar.  


3. Realizar inmediatamente las buenas propuestas de mejora. 

Es decir, ya. ¿Para qué esperar? Si vemos la solución a un problema hagámosla ya. Parece lógico, pero a veces no lo es tanto. Encontramos una mejora y esperamos porque necesitamos la aprobación de un superior, porque tenemos que consultarlo con el compañero, hay que decirlo en una reunión primero, ya hice el otro día una mejora, es que no sé si me van a hacer caso, en fin, mil y una escusas que al final hacen que no ocurra nada, no se arregle nada, no se solucione nada y nada mejore. Si pensamos que algo es bueno no hay que dudar y actuar cuanto antes. Lo que puedas mejorar hoy no lo dejes para mañana.


4. No buscar la perfección, ganar el 60% desde ahora. 

Muy en relación con el anterior, solemos esperar a que llegue el momento para que la mejora sea perfecta y se va retrasando ese momento que nunca llega. Por eso es necesario realizar las buenas propuestas de mejora cuanto antes, porque más vale un 60 % de mejora o un 40% o un 20% que nada. Así que no hay que esperar a crear el indicador perfecto, la herramienta perfecta o lo que sea que nos impida alcanzar la mejora.


5. Corregir un error inmediatamente e in situ. 

En el día a día surgen multitud de problemas en todas las áreas de la empresa, es por eso que no hay que quedarse esperando en la oficina a que vengan y nos los cuenten, hay que salir y verlos, que nos los expliquen, ver las propuestas de las personas, medir con datos y entonces realizar inmediatamente las propuestas para solucionarlos. 


6. Encontrar las ideas en la dificultad. 

La metodología Lean surgió en Toyota al terminar la segunda guerra mundial cuando Japón quedó destruido, y es porque antes los problemas es cuando nos forzamos a pensar y mejorar. ¿Y cómo hacemos visibles los problemas? Con indicadores, cuando estos no alcancen el objetivo habrá que decir aquellas cosas que ocurrieron que no llegásemos al objetivo. Hay que retarnos con objetivos para hacer visibles los problemas y así poder actuar.


7. Buscar la causa real, respetar los 5 porqués y después buscar la solución. 

Solemos solucionar los problemas con una tirita, y no miramos más allá para encontrar la verdadera causa. Este punto nos dice que apliquemos la técnica de pregunta ¿por qué? Tantas veces como sea necesario hasta llegar a la fuente del problema, y solucionarlo. Poner un remedio rápido sin indagar en la causa raíz es poner un parche momentáneo que no hará que la situación mejore a largo plazo.


8. Tener en cuenta las ideas de 10 personas en lugar de esperar la idea genial de una sola. 

Trabajo en equipo sencillamente, es importante escuchar las ideas de todo el grupo para que entre todos encuentren la mejora. Está claro que si a uno se le ocurre una gran idea está genial, pero entre más gente todos pueden aportar y dar sus opiniones, porque lo que no se le ocurre a uno se le ocurre a otro y al final la suma de todos da como resultado cosas increíbles. Diez cabezas piensan más que una y entender eso es clave para el buen funcionamiento del sistema.


9. Probar y después validar. 

¿Cómo sabes que hago no te gusta si no lo has probado? Pues con las ideas y mejoras es lo mismo. A veces se proponen cosas que parecen difíciles o que a simple vista no las vemos como solución, pero si alguien lo ha propuesto es porque ha visto algo que otros no, y ante la duda lo mejor es probar. Es mejor aceptar un fracaso que perder una oportunidad de mejora, así que bajo el principio de probar y después validar, es necesario realizar las buenas propuestas.


10. La mejora es infinita. 

Y para terminar la esencia de todo el sistema, no basta con solo mejorar las cosas una vez, como se comentaba en el punto número uno, las cosas cambian, y lo que ahora puede parecer una mejora dentro de unos años es algo obsoleto que hay que mejorar de nuevo. La metodología no es algo estático que se hace y se queda igual siempre, sino un sistema en movimiento donde a cada paso se replantean de nuevo las ideas, las opciones y la forma de cambiar, en un ciclo que no termina, pues la mejora es infinita.

Continúa aprendiendo Lean

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