Muy sencillo, si no mejoramos estamos empeorando, así de fácil, porque si no lo hacemos vendrá alguien que mejorará por nosotros y nos quedaremos atrás. La vida evoluciona cada vez más deprisa y es importante permanecer siempre en movimiento, mejorando, adaptarse a las nuevas tecnologías y novedades, y no quedarse estancado viendo como crecen otras empresas. Y para eso es necesario actuar, probar cosas nuevas, hacer cambios.
Si no hacemos cosas distintas el resultado siempre será el mismo. Y es en resumen lo que nos dice que hagamos la filosofía Lean. Y digo filosofía porque eso es lo que es, no solo es un método para hacer las cosas, es un cambio de mentalidad, un cambio en la forma de pensar que se extiende más allá de las empresas y que se puede aplicar en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana.
Y visto esto, ¿que se mejorará? Mejoras de calidad, mejoras de los procesos, los productos y los puestos de trabajo, mejoras de seguridad, mayor implicación y motivación de las personas, mejora en tantos temas como queramos plantear.
Es un proceso sencillo y fácil de aplicar, pero muy difícil de aceptar. Cuando una empresa decide apostar por la implantación de esta nueva metodología lo hace principalmente por una razón: confía en el potencial de su gente. Este método está basado en la comunicación, con las personas como principal ventaja competitiva y su capacidad de pensar, su experiencia y su sabiduría. Se trata de conseguir que cada uno aporte allí dónde sea experto, poniendo su granito de arena. Para que la suma de todos esos granos de arena sea una montaña cada vez más grande de mejora, oportunidades y crecimiento.
Esta nueva filosofía tiene su origen en Toyota, cuando después de la segunda guerra mundial Japón quedó destruido y sin recursos, tuvo que sacar su as de la manga y aprovechar su recurso más valioso, las personas. Y fue a partir de ahí cuando empezó la nueva evolución, teniendo como base la idea de las pequeñas metas para conseguir sus propósitos. Al contrario que los occidentales se proponen grandes metas que tienden a no cumplir, los japoneses empiezan con objetivos pequeños, retadores pero alcanzables, y todos los días con pequeñas acciones luchan para conseguirlos. Pues cuando consiguen estos se retan otra vez con un nuevo objetivo, y así poco a poco con pequeños pasos consiguen grandes cosas sin apenas esfuerzo.
Es un poco el resumen de lo que se trata de conseguir aplicando el método que plantea el Lean Manufacturing, todos los días con una estructura de reuniones y el trabajo en equipo, junto con una adecuada forma de gestión de la comunicación, se irán consiguiendo pequeños granitos de arena en todas las áreas de la organización que harán que la empresa sea mucho más competitiva y que con objetivos comunes avancen todos en la misma dirección.
Así que, aunque parezca un camino difícil, y habrá subidas y bajadas, merece la pena poder empezar a andar y descubrir el gran potencial de oportunidades que ofrece. En nuestras manos está, empezar a subir la montaña, o quedarnos atrás en el camino.